Ubicada en Israel, un fabricante global de componentes semiconductores necesitaba garantizar un circuito de agua ultrapura (UPW) completamente sanitario.
Dado que el proceso de fabricación de la industria de semiconductores requiere agua ultrapura en casi cada etapa del proceso de producción, se exigían altos estándares para evitar cualquier impacto negativo en los componentes internos.
Para mantener el máximo nivel de pureza frente a todos los tipos de contaminantes, como compuestos orgánicos e inorgánicos, el cliente necesitaba reducir la cantidad de Carbono Orgánico Total (TOC) en el agua utilizada, para lograr un circuito completamente sanitario de agua ultrapura (UPW).